La incorporación al trabajo después de las
vacaciones, siempre resulta difícil. Volver a la rutina laboral después de una
etapa de relax puede convertirse en mucho más que una reticencia perezosa; para
muchos se convierte en un verdadero sacrificio.
Nos referimos al
famoso “síndrome posvacacional”. Quien lo padezca será incapaz de reencontrarse
con las obligaciones de su puesto de trabajo al 100%. Últimamente, este
problema está dando mucho que hablar, ya que las jornadas laborales son largas
y es difícil conciliar la vida laboral con la familiar. El estrés, el malestar
psíquico, la tristeza, la irritabilidad, la desmotivación, e incluso la
depresión, son algunos de los síntomas que padecen muchos trabajadores cuando
retoman sus obligaciones en la oficina después de haber disfrutado de un
periodo vacacional intenso.
Un estudio elaborado
en España por la empresa de trabajo temporal Randstad revela que el perfil del
afectado por el síndrome posvacacional es el de mujer, con estudios
universitarios, entre 25 y 29 años. Son éstas quiénes más sufren al regresar al
trabajo después de las vacaciones, un 63% afirman sufrir este trastorno, frente
al 37% de los hombres. Para evitar esto, nos recomiendan:
• Mantener una actitud
positiva ayuda a enfrentar mejor el estrés y las tensiones que surjan en el
seno de nuestro trabajo. No hay que pensar en lo lejos que está el próximo
periodo de vacaciones, sino concentrarse en los pasos inmediatos a seguir y
pensar que volvemos al trabajo con las pilas cargadas.
• Priorizar las tareas
nos ayudará a establecer unas pautas de funcionamiento que regulen una posible
depresión posvacacional. Es importante no intentar abarcar todas las tareas
pendientes a la vez, ni leer los correos electrónicos de golpe. Lo ideal es
poder establecer un orden dentro de la planificación, abordando primero
aquellas cosas que necesiten una respuesta inmediata. Por otro lado, si el día
de la incorporación al trabajo es un lunes la sensación de depresión puede ser
mayor. Una buena idea es hacer la vuelta un día diferente de la semana. Así el
impacto psicológico que puede provocar la vuelta a la oficina será menor.
• Es importante
establecer tras la llegada una comunicación fluida con los compañeros pues eso
hará más llevaderos los primeros días de trabajo. Para ello, una primera
reunión informal con los colegas y equipo logrará que tengamos una perspectiva
rápida de lo que ha sucedido en nuestra ausencia y nos dará una idea de los
asuntos urgentes a la hora de elaborar la agenda inmediata.
• Es conveniente
intentar no alargar las vacaciones hasta el último minuto, ya que eso supone
que se empiece la jornada laboral sin descansar lo suficiente y combinando el
estrés en el hogar con el laboral. Nos aconsejan volver de las vacaciones al
menos dos o tres días antes de la incorporación al trabajo, para poder tener
tiempo suficiente para descansar, organizar y planificarlo todo.
• Estructurar de
manera progresiva las responsabilidades también genera una sensación de control
que contribuye a nuestro equilibrio. Es importante que, una vez incorporados a
nuestro puesto de trabajo, comencemos a trabajar de manera gradual, teniendo en
cuenta que nuestro rendimiento irá aumentando poco a poco.
Según este estudio, a
partir de los 45 años es cuando menos cuesta retomar la rutina. Además los
españoles tienen más dificultad para reincorporarse a la vida laboral, un 60%
dice padecer el síndrome frente a un 40% de los inmigrantes en nuestro país.
Si estos síntomas
perduran en el tiempo pueden ser la señal de que algo no va bien. Las empresas
tienen que estar alerta ya que corren el riesgo de que se reduzca la
productividad de sus empleados, por tanto es necesario observar cuáles son los
factores que pueden estar provocando esta situación de malestar al empleado.
Este síndrome es un
estado de ánimo que dura más o menos tiempo tras la vuelta a la rutina, por lo
que es conveniente seguir las pautas adecuadas para evitar caer en él. Para
impedir que nuestro ánimo se venga abajo al regreso de las vacaciones es muy
importante empezar sin prisas e ir aumentando paulatinamente el ritmo de
trabajo, no podemos pretender recuperar el trabajo acumulado en sólo una
semana.
Retomar la vuelta al
trabajo con una actitud positiva, con visión de reencuentro con la normalidad y
nuestra tarea será nuestra meta en los primeros días sin tratar de alargar este
proceso inútilmente. Hay que mentalizarse de la vuelta al trabajo antes de
terminar las vacaciones, y puede ayudar el regresar a casa unos días antes de
terminarlas, para ir habituándose.
El ejercicio, las
actividades de ocio en el tiempo libre y técnicas de relajación pueden hacer
menos cuesta arriba la vuelta a la rutina. Una buena alimentación y las horas
de descanso necesarias son indispensables para conseguir un buen estado de
ánimo. La adaptación puede ser más o menos costosa, pero tenemos que tener
claro que es un estado pasajero y que sentir algo de estrés es normal.
Para que esta adaptación sea más
llevadera, desde la Escuela Superior de Organizadores de Eventos (ESODE),
recomendamos una buena predisposición y, en definitiva, actitud positiva
siempre.
https://www.equiposytalento.com/tribunas/esode/la-vuelta-al-trabajo-despues-de-las-vacaciones/2010-09-16/